lunes, 26 de noviembre de 2007

UN FANDANGO

EL REGALO
Con muy sanas intenciones
compró un joven unos guantes
y compró en el mismo instante
una dama unos calzones.
Yo no sé porque razones
equivocadas les dieron
las mercancías que escogieron:
dio la empleada envueltos bien
los guantes a la mujer,
los chones al caballero.

El hombre no sospechó
lo que la empleada ese día
le entregó, y por cortesía,
el regalo ya no abrió.
Y a su destino llegó
en un paquete adornado
aquel regalo cambiado.
Mas el hombre sin saber
lo que podía suceder,
puso el siguiente recado:

“Mi amor, rendido a tus pies
te envío aquí el reemplazo
de los que te hice pedazos
el día que te los quité.
Tú sabes bien cuando fue,
cuando más desesperado
te los quité desgarrados
a la vista de la gente;
y aunque son de los corrientes
es lo mejor que he encontrado.

“No niegues: como mujer,
yo sé que sientes bonito
cada vez que te los quito
y te los vuelvo a poner.
Espero ver el placer
en esos ojos tan bellos,
en los momentos aquellos
que tu confianza me gano
y dejas libres las manos
pa’ acariciarte sin ellos.

“La empleada dio garantía,
a los suyos di una ojeada
y ni una sola lavada
le ha dado en noventa días.
Quizá lo mismo tu harías
al usarlos muchas veces,
unos cuatro o cinco meses
sin cambiarlos para nada,
igual que los de la empleada
que a los tuyos se parecen.

“En fin, los nuevos te envío,
ya no pienses en los rotos,
es mejor que uses los otros
aunque son al gusto mío.
Y en este tiempo de frío
te los pondrás de inmediato
y aunque son de los baratos
su oficio cumplen a ley,
calentaran esa piel
que acaricio a cada rato.

“¡Ah!, también a tu mamá
voy a cambiarles los suyos
y nuevos como los tuyos
a la medida tendrá.
Yo sé bien donde comprar
los que usa para el frío.
En ello así yo confío
porque se los vi la noche
que se los quitó en el coche
para lavarse en el río.”


DÉCIMAS SUELTAS
1
En cuestiones del amor
no presumo de avezado,
pero sí gusto me he dado
porque soy conseguidor.
Jamás he sido hablador
ni vivo inventando hazañas,
nunca dejaré las mañas
porque siempre he conseguido,
la que se junta conmigo
ni su mamá la regaña.

2
Quedó preñada Manuela
por comerse antes el pan.
Todos culpaban a Juan,
hasta las mismas abuelas.
Esperando las secuelas,
preguntaban quién sería
y dijo Juan con porfía:
“Yo no le toqué ni un pelo”,
y le contestó el abuelo:
“¡Bravo Juan, que puntería!”

3
Preocupado estoy de veras
porque al pobre cabezón
le ha pegado una infección
a la que llaman paperas.
Dijeron las enfermeras
que era cosa delicada,
que bastante se cuidara,
que no era cosa de juego,
que si se le va a los huevos
se lo llevó la chingada.

4
A una dama pretendí,
quise respuesta enseguida;
la mujer y la comida
deben tratarse así.
Pero nada conseguí,
en vano fue mi porfía,
al ver que tanto insistía
me dijo así la muchacha:
“No te calientes garnacha
que la manteca esta fría.”

5
Con otra que conocí
lueguito nos amarramos,
pero que poco duramos,
yo creo que no le caí.
Las demás que conseguí
todas soltaron el choclo,
si con la actual no me acoplo
yo creo que mejor claudico
y a chingar el abanico,
yo con la mano me soplo.

6
Como voy de retirada,
lo mejor será avisarles:
como no producen nada,
lo mejor será dejarles
porque está de la chingada
vivir del amor al arte.

1 comentario:

lerolico dijo...

(décimas sueltas)
.
..
De chavo yo conocí
a una llamada 'manuela',
no era ninguna mozuela
pero use con fenecí
artes que de ella aprendí,
y me sacaba de apuros
hasta que estuve maduro.
Hoy viejo camino lerdo
y 'manuela' es un recuerdo
pues ya no se pone duro.
.
..
Saludos de lerolico